Llegaron papá con una orquidea en una mano,con Maia y Marco ansiosos por conocer a su hermanita que tanto habían esperado.
Ella decía una y otra vez "è piccolissima"... y el repetía lo mismo.. La tocaban, la acariciaban, intentaban besarla. Todo un gran encuentro que disfruté a pesar de los innumerables dolores físicos del día después del cesáreo.
Finalmente recuperada, tres días después, el viernes al mediodía, pudimos volver a casa, esta vez con Malu en brazos.
Una vez en casa, pudimos encontrar un poquito de paz con el silencio y después de poquito así pudo soñar en su propia casa!...
A la tarde llegaron ellos, y se encontraron con la sorpresa... Finamente estábamos los cinco bajo el mismo techo!!..
Tato que me miraba y me decía con una felicidad indescriptible, "sei tornata Mama!!", quién sabe qué cosa había pasado por esa cabecita y lo había preocupado tanto al punto de preguntarme al teléfono si día después de la visita en el hospital "estás todavía en la cama?". Finalmente acertaba que su mamá era la misma de antes, había regresado a casa y estaba de pie como siempre!
Maia contenta la miraba con orgullo, ese mismo que había demostrado el día que conoció a Marco.
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