Está bien que una tarde le pregunte a tu mejor amiga de la guardería, Chloé, (previa aprovación de sus papás) si quiere venir a jugar a casa con vos y que las dos, mientras caminan contentas de la mano hacia casa planifiquen de cenar juntas... Ok, entonces, hacemos juegos + cena....
Está bien si al día siguiente, cuando voy a buscarte, venis otra vez con ella diciendo: "Hoy Chloé come conmigo" y yo, buena y comprensiva, acepte otra vez el duo de dos para juegos y cena, porque verlas tan felices de estar juntas me hace feliz a mi también..
Pero cuando, al tercer día, tus maestras me dicen que desde la mañana que estás invitando a otro amiguito a jugar a casa con cena incluída...sobre ese punto tenemos que hablar...
Que me gusta que seas sociable, que tengas amiguitos, que quieras llevarlos a casa, y que si esos amiguitos son tranquilos, respetuosos y entre ustedes juegan bien, no es un peso traerlos a casa.
Pero que antes de invitarlos, de ilusionarlos, antes de provocar una lágrima porque ir a la casa de Maia no es siempre posible... es mejor que, primero me preguntes a mi, y después le preguntemos a sus papás.
Después, mientras volvíamos a casa me dijo:
- Entonces hoy quien viene a casa?....
- Hoy nadie, pero vamos al parque y allá los vemos a casi todos otra vez..
- Va bene!
Creo que lo entendió.
Veremos...
(hoy está nublado- casi por llover y tengo solo una hora de tiempo antes de ir a buscarla para inventarme algo para la tarde! No-parque, tampoco-amigos?)
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